Un cambio en el algoritmo de Google Shopping permitió al gigante de las búsquedas mandar de un plumazo a la competencia más allá de la tercera página de resultados. Hasta que, hace unos días, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea castigó con 2.420 millones de euros a la compañía de Mountain View, casi nadie era consciente de la influencia de estas líneas de codigo en nuestro comportamiento como compradores.
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