El trasvase de talentos de la literatura a la televisión no ha dejado de crecer en los últimos tiempos. Michael Chabon es el último ejemplo de autor "de prestigio" que se pasa a la ficción audiovisual serializada. Los grandes escritores nunca han sido del todo alérgicos a la televisión. Si miramos hacia atrás, bastante atrás, ya el gran Rod Serling quiso quitarse algo del ingente trabajo de "La dimensión desconocida" pidiendo guiones a autores como Richard Matheson, Charles Beaumont o, en menor medida, Ray Bradbury.