El argumento sobre la utilización de los alimentos como arma recuerda los asedios impuestos para rendir por hambre a los asediados… como sucedió ayer con Corea del Norte y como hoy sigue sucediendo con Yemen. Eso no tiene absolutamente nada que ver con lo que hacen los rusos en Ucrania, donde sus acciones afectan las ganancias de las grandes transnacionales estadounidenses (Cargill, Dupont y Monsanto), propietarias de una tercera parte de todo lo que se cultiva en Ucrania.