De izquierda a derecha, de lo woke al fundamentalismo del libre mercado, la antipolítica se ha venido consolidando como una tendencia en la que los principios absolutos o el conocimiento técnico se ponen por encima de la deliberación colectiva. En un momento en el que tantas corrientes se benefician de la desconfianza en la política, ¿será posible restaurar la fe en ella?

La antipolítica es un remedio fantástico para liberar tensiones, porque no hay que pensar en buscar soluciones. Es suficiente con indignarse y es lo que ha hecho Ángel Martín con un breve monólogo que recuerda a la trama de la película 'Network'.

Daniel Bernabé " Hoy en el análisis del #DebateSER he intentado poner en valor algunas ideas que creo esenciales para el momento que vivimos. La primera: no se puede ser demócrata sin ser antifascista. Esto no es una cuestión de polarización o táctica electoral, es un principio básico."