Los detalles del calendario para los 10 días entre la muerte de la reina y su funeral van desde lo banal hasta lo ridículo. En un documento, Downing Street plantea preocupaciones de que enfrentaría una ola de ira pública si no puede bajar sus banderas a media asta dentro de los 10 minutos posteriores a la activación y podría tener que depender de un contratista externo. En otro, se decidió que los retweets se prohibirán en todos los departamentos de Whitehall a menos que lo autorice el jefe de comunicaciones del gobierno.