Almeida y Serrano nos dijeron que la Fórmula 1 no iba a costar un duro de dinero público. Hoy sabemos que los primeros 47 millones meteran a IFEMA (62% de financiación pública madrileña) entrará en números rojos

“Ifema se ha convertido ahora en el hospital milagro. Tanto es así que la paciente mayor que hemos tenido en este hospital de campaña tenía 103 años. Por eso se llama el hospital milagro, porque prácticamente todas las personas que han venido aquí han sanado, han curado para después pasar a hoteles medicalizados o irse a casa con los suyos”. Son palabras de Isabel Díaz Ayuso, pronunciadas el 1 de mayo, en el acto de clausura del hospital de campaña que se convirtió en un mitin con gente amontonada incumpliendo todas las recomendaciones.

El partido quiere demostrar que cuenta con el respaldo de la ciudadanía y que tiene un proyecto sólido y coherente para afrontar los retos del país.

Ir a Fitur pagándote el viaje, la estancia y los gastos tú mismo no tiene ningún mérito y es tan absurdo que nadie lo hace. Nadie tiene el menor interés en ir a esa cita internacional que se celebra en Madrid cada año y en la cual todos los expositores presumen de ofrecer a los turistas cosas exclusivas, idénticas a lo que ofrecen los demás. [...] La legión de los que van a Fitur son mayoritariamente políticos y asesores que van a pegarse una fiesta por cuenta del erario público.

Las catástrofes nunca vienen solas, las suele acompañar la mala gestión haciendo indistinguible dónde termina lo inevitable y dónde empieza lo provocado. Esta es la historia de IFEMA durante 2020 y lo que llevamos de 2021: una sucesión de errores, politiqueos y quién sabe qué más de los gobiernos de Almeida y Ayuso, que acrecentaron la crisis de una de las empresas más importantes de la región, a pesar de que tuvieron la oportunidad de paliarlos parcialmente.