Yanis Varoufakis tenía previsto pronunciar un discurso en el Congreso Palestino de Berlín el viernes 12 de abril, cuando la policía alemana irrumpió en el lugar para disolver el acto al estilo de los años treinta. Juzguen ustedes mismos en qué tipo de sociedad se está convirtiendo Alemania cuando su policía prohíbe las siguientes palabras.

El partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) ha sido derrotado por poco en su primera prueba electoral desde que salieron a la luz las revelaciones de su participación en un plan para la deportación masiva de extranjeros, a las que siguieron enormes protestas en toda Alemania. Su candidato perdió contra un rival conservador en una elección administrativa de distrito cuya importancia resuena mucho más allá del área local.

Muchas de ellas fueron convocadas casi de forma espontánea, como producto de un “efecto contagio” en que ninguna ciudad alemana, grande o pequeña, quería quedarse atrás. De las 80 inicialmente anunciadas el viernes se pasó a un centenar y medio. Las hubo de signo más bien izquierdista, como la desarrollada ante la sede del Parlamento federal (Bundestag), en Berlín, donde se escucharon desde el escenario muchas críticas a la coalición de gobierno entre socialdemócratas, verdes y liberales del canciller Olaf Scholz.

¿Qué tienen en común un poeta indio, un politólogo australiano, un grupo folclórico irlandés, un arquitecto británico, un fotógrafo de Bangladesh, un historiador estadounidense del Holocausto, un compositor chileno, un dramaturgo israelí-austríaco, un futbolista holandés, un periodista germano-nigeriano, un novelista palestino, un artista sudafricano y Bernie Sanders, el senador estadounidense? Todos ellos -y muchos otros también- se han visto abruptamente cancelados en Alemania en los últimos tres meses. Las razones aducidas para suspender sus

La guerra de Israel contra Gaza ha desatado un torrente de denuncias en todo el mundo. En respuesta, muchos gobiernos occidentales están intensificando la represión de los activistas propalestinos. En Europa, Alemania ha puesto el listón muy alto en la represión brutal de los manifestantes y la violación de sus libertades civiles. The Real News informa desde el barrio berlinés de Sonnenallee, de mayoría árabe y musulmana.

Die Linke de Alemania está a punto de dividirse, ya que la ex líder Sahra Wagenknecht amenaza con comenzar su propio partido. Las dos partes tienen ideas rivales sobre cómo promocionarse ante los votantes, pero ninguna tiene una estrategia para construir un movimiento de la clase trabajadora.