Abascal llora que te llora por los rincones como una Zarzamora sin consuelo por haber sido declarado persona non grata en Ceuta y en su rabieta amenaza con darle una patada al tablero de juego. Pero, como ya ha amagado tanto con dar sin dar desde aquella frustrante moción de censura en la que solo él salió censurado, ya no causa respeto la amenaza de dar, ni nadie ni mucho menos el PP espera ni teme que dé. A buen seguro que se quedará en un nuevo amago y se contentará con un gesto de resarcimiento de su supuesta mancillada imagen.