El Príncipe Carlos dijo a las naciones de la Commonwealth que las decisiones sobre si mantienen a la Reina como jefa de Estado o se convierten en una república son "asuntos que ellos deben decidir". El comentario parece hacer un guiño a las fuerzas que ya están en marcha, ya que varias naciones caribeñas han sugerido que podrían abandonar la monarquía británica y elegir a sus propios jefes de Estado. El recién elegido gobierno laborista de Australia también dejó clara su intención de destituir a la reina.