Por norma general, aunque siempre hay excepciones, las empresas deben acometer una serie de pagos para su creación y posterior constitución como sociedad. De igual modo, los beneficios de estas se ven gravados en forma de tributos por sus beneficios netos y, en ambos casos, España se encuentra por encima de la media de la Unión Europea en costes y tributos a pagar al Estado. Respecto a esto último, la empresa española soporta una carga impositiva total que equivale al 47% de su beneficio neto antes de impuestos; mientras que la media europea se