“Desde hace varios años, sin embargo, hablar y escribir sobre Cataluña es agotador. […] Las profundas divisiones de la sociedad catalana han hecho que una de las regiones más ricas y dinámicas de Europa haya caído en un provincianismo paleto, desesperante […] La gobernanza en la comunidad es disfuncional, con una Generalitat a menudo inoperante, perdida en batallas absurdas en vez de cualquier atisbo de gestión económica.“