El subsecretario de Defensa de EE.UU., Colin Kahl, preguntó a su colega israelí, Amir Esthel, si Alemania podría transferir a Ucrania los misiles antitanque Spike, que se fabrican en una planta israelí en el país europeo. La licencia respectiva establece que Tel Aviv debe aprobar cualquier transferencia de estas armas a un tercero. Eshel respondió con una negativa. A Tel Aviv le preocupa que soldados rusos sean asesinados con esas armas, lo "que podría llevar a Rusia a perjudicar los intereses de seguridad israelíes en Siria".
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