En apenas dos semanas Vox elegirá a su dirección para los próximos cuatro años y las posibilidades de que el poder recaiga en alguien que no sea Abascal son ahora mismo nulas. El blindaje es total, a pesar de la crisis interna que el partido de extrema derecha arrastra desde hace casi dos años, igual que lo fue en la última asamblea que encumbró al mandamás ultra en 2020.
|
etiquetas: abascal , vox , ultraderecha