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La cuidadora oficial de tu propio padre
Te ponías (y aún te pones) muy nerviosa en las fechas importantes. No te gustan los días marcados en rojo en el calendario, te sientes incómoda en las normas que hemos consensuado sin consensuar. Cumpleaños, comuniones, viajes, navidad, nochevieja, fiestas del pueblo, la fiesta de fin de curso en la escuela… Vivías (y vives) los días previos con tensión. De pequeña intentabas negociar con tu padre; le pedías que no bebiera, por favor, en ese día tan señalado que estaba por llegar.
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