Nacidos durante la Segunda Guerra Mundial, en un momento en el que Europa se hallaba bajo ocupación nazi o bajo gobiernos simpatizantes, los buques Liberty fueron los primeros barcos construidos por bloques, una innovación que fue posible, entre otras cosas, al incorporar a los astilleros donde se producían técnicas de fabricación en serie que se habían empleado hasta entonces en otras industrias, con las fábricas de Ford en Estados Unidos como máximo exponente.