Un día de verano en la Barcelona de los años veinte del pasado siglo, cuando aún circulaban autobuses de dos pisos que no fueran turísticos. Bigre y Opisso serían, puerta con puerta, vecinos. Bigre, el autor de las escenas multitudinarias barcelonesas y de las historietas del TBO, viviría en el cuarto segunda, mientras que Opisso, el licencioso dibujante de mujeres voluptuosas que hablan con doble sentido, en el cuarto primera. Su vecindad daría cuenta de la proximidad de sus estilos.

Un recorrido en tranvía por la Barcelona de los años veinte, principalmente. Un trayecto con muchos obstáculos, el derrumbe de una casa en la calle Mayor de Gracia, un carnaval en el Paseo de Gracia, un baño en la fuente de la Plaza de Cataluña, una carga policial en las Ramblas, un trago en la fuente de Canaletas, el Llano de la Boquería antes y después de las obras del Gran Metro y, Ramblas abajo, el Día del Libro. Un pequeño desvío al Paralelo de mil novecientos, el de la Bella Dorita y sus picores en el Salón Venus.