Si las tipografías fueran personas, Comic Sans sería ese tipo correcto, sencillo, garboso y jovial cuya personalidad está supeditada a caer bien a todo aquel que le mire. El inocente hasta rozar la frivolidad. El favorito de la gente que no se quiere complicar la vida. Un tipo, por tanto, profundamente desagradable. Comics Sans no es una persona, pero el odio que suscita tampoco es digno de una tipografía.