Ni el pueblo fue una piña en su lucha contra el invasor francés, ni todos estaban en contra de Napoleón, ni el conflicto discurrió igual en unas zonas de España que en otras, ni los guerrilleros respondían a unos mismos objetivos, ni las élites estaban de acuerdo sobre el régimen político a apoyar. La Guerra de la Independencia (1808-1814), cuyo bicentenario empieza a conmemorarse, figura entre los periodos más marcados por mitos, por tópicos o por versiones políticas interesadas.