Hay sandwichs simples y sofisticados, baratos y de lujo, pero ninguno cuesta US$60.000.Eso fue sin embargo lo que pagó el estado británico por llevar a juicio a Joseph Grey, quien había robado un sandwich de pollo que costaba US$6 de un negocio en la estación de trenes de la ciudad de Birmingham y que, una vez detenido, solicitó que lo juzgaran con un jurado.El juicio con jurado tiene una logística mucho más complicada y sumando el pago de abogados y miembros del jurado para que cumplan con su función, la cuenta final resultó astronómica.