«A nuestro modo de ver, no debemos cruzar el umbral fatídico de legislar para acordar el derecho a darse la muerte»,Fillon, primer ministro. Bertrand, ministro de Sanidad, insistió en la necesidad de desarrollar los cuidados particulares a los enfermos en estado terminal.Wauquiez, ministro de Asuntos europeos, denunció el riesgo de «derivas incontrolables».El presidente del Senado subrayó que el debate debía orientarse hacia un gran programa nacional de asistencia a personas en edad muy adulta, sin familia, en muchos casos, con otros problemas.