Es la cirugía más íntima. El último grito en el campo de la estética. Un negocio en alza. El British Medical Journal (BMJ), una de las más prestigiosas publicaciones médicas del mundo, denuncia en un informe publicado ayer el auge de las llamadas vaginas de diseño. Un número creciente de británicas, más de 800 en el 2005, el doble que hace seis años, recurrieron a la sanidad pública para reducir el tamaño del orificio vaginal, recortar los labios menores o reducir la piel que recubre el clítoris. Otras muchas optaron por clínicas privadas.