Emboscan a los ingleses, y los críos demuestran una destreza con armas de fuego que ya quisiera un marine norteamericano (no fallan un solo disparo, ni uno), mientras el propio Benjamin (Gibson) demuestra su maestría absoluta en la guerra de guerrillas, aniquila a una docena de soldados, y remata a los últimos con su hacha, hasta quedar empapado en sangre. Es todo tan cómico, tan increíble,[..] porque te están insultando. [.] el hijo que ha disparado (y asesinado) a por lo menos cuatro “casacas rojas”, ni muestra impresión ni compasión ni nada.