Ingeniería social es coger la realidad y modificarla a martillazos. La realidad, así, se desfigura o cambia de apariencia, que no de esencia, y el trauma de no parecer lo que se es, o de verse forzado al fingimiento, produce crisis que no se dan cuando se deja a la sociedad valerse de sus recursos para andar sola, libre y evolucionar según sus necesidades. El ingeniero social no quiere, no puede permitir ese libre albedrío porque la sociedad tiende a cambiar muy despacio y él tiene demasiada prisa por pasar a la historia como un revolucionario.
