Dentro de unas horas podremos despedirnos para siempre del Programa Constellation. Pero mientras reflexionamos sobre lo que esto implica, es muy posible que, a largo plazo, recordemos como la principal víctima de esta decisión al cohete Ares V. El Ares I parece que también tiene las horas contadas, pero al fin y al cabo a nadie le gustó mucho este lanzador. Pero el Ares V es otra historia. De haber seguido adelante, hubiese sido el mayor cohete jamás construido y podía haber abierto la puerta, no sólo de la Luna, sino de todo el Sistema Solar.