Según un artículo publicado en Technology Review, un nuevo dispositivo de ultrasonidos, utilizado en combinación con las imágenes de resonancia magnética (IRM), permite a los neurocirujanos eliminar con precisión pequeños trozos de tejido cerebral que no funcionan bien, sin cortar la piel ni abrir el cráneo. Un estudio preliminar en el que participaron nueve pacientes con dolor crónico, indica que la tecnología se puede utilizar con seguridad en humanos. Ahora, el objetivo de los investigadores es probarlo en pacientes con otras enfermedades.