La salud de mis pacientes será el objetivo prioritario de mi trabajo. No prestaré colaboración alguna a los poderes políticos que pretendan degradar la relación médico-enfermo restringiendo la libertad de elección, prescripción y objeción de conciencia. No realizaré experimentos que entrañen sufrimiento, riesgo o que sean innecesarios o atenten contra la dignidad humana. Mantendré la noble tradición médica en lo que a publicidad, honorarios y dicotomía se refiere.