Cuando el programa de José Luis Moreno perdía originalidad, abandonó los regalos millonarios y las tetas siliconadas y pasó a experimentar con la hipnosis (que es más barata). Tras el bochorno de ver a gente adulta haciendo gilipolleces pasaron a hipnotizar a los hamsters. En exclusiva, un documento que muestra como la hipnosis a la que fue sometido este simpático roedor lo hizo cocacola-adicto.