En ocasiones, dejar mensajes de voz puede no apetecer. La sensación de hablar para una máquina a veces juega malas pasadas, quedando grabada la frase en un tono nada natural y un tanto ridículo. Pero casi más molesto que lanzar un mensaje puede ser escucharlo, a tenor de un estudio en el que han catalogado los diez mensajes de voz más molestos. Los dos primeros de la lista, denominados «Maratón» y «Fúnebre», se refieren a la duración: son extremadamente largos, parecen no tener fin. Bla, bla, bla... Pero el colmo ya es el....