Muchas veces, son calas o playas escondidas o poco accesibles. O simplemente arroyos (o hasta grietas) apenas conocidas. En todos éstos lugares, hay algo en común: agua cristalina, o increíblemente cristalina (del mar o proveniente de glaciares o nieves eternas). Lo que sigue es un recorrido en lugares que invitan a nadar (a menos que el agua esté demasiado helada), o a bucear y explorar paisajes donde la naturaleza se muestra impoluta, donde el agua conforma pequeños estanques de aguas espejadas, o extensiones de arena y agua turquesa.