"Sobre todo, podemos no resignarnos. Porque resignarse es morir un poco, es no hacer uso de la posibilidad de escoger, es aceptar el silencio. La palabra, en cambio, precede la acción, prepara el camino, abre las puertas. Hoy debemos más que nunca usar la voz para romper cadenas." "Los invito a imaginar un mundo donde el hombre culmine su destino, donde los valores del alma dicten las decisiones y el amor rija los pueblos"