-A ver, dímelo en confianza, eh, ¿tú crees que mi hijo de verdad es hiperactivo? Pretendemos -tú, como madre preocupada, yo, como maestro, la sociedad, con sus sistemas educativos- que esté quieto, sentado y atento de nueve de la mañana a cinco y media de la tarde, desarrollando básicamente un trabajo intelectual. Escribir, leer, hacer problemas... Sí, y un ratillo de recreo. Luego va a clases de inglés. Más trabajo intelectual. Y al finalizar el día, debe pasar una hora o dos en su habitación haciendo tareas...