Sebastián García, el informático de Emarsa, ya declaró que estaba harto de pagar reformas y caprichos a los dos máximos responsables de la planta, el gerente, Esteban Cuesta, y el director financiero, Enrique Arnal. Las contestaciones de las empresas que contrataron con las firmas de García demuestran que tenía razón. La última en refrendarlo ha sido una compañía dedicada a la rotulación que admitió que realizó trabajos en un chalé de una urbanización de Massarrojos, propiedad del director financiero. Las obras consistían básicamente en ...