No hay cosa más fácil que hacer desde el poder que prohibir por Decreto algo al último escalón, al consumidor, al ciudadano de a pie, al currito, al pringadillo. Huele a Inquisición para pobres.Presionar y perseguir al eslabón más débil de la cadena, cuándo lo valiente y eficaz sería acogotar a las tabaqueras, controlar la venta del producto como lo que es, una droga dura adictiva y dañina, pero claro, amiga mía, ahí hay que pelear con elementos poderosos con los que sabes de antemano que tienes la guerra perdida.