El sector público redistribuye constantemente recursos entre los ciudadanos. Algunas de sus funciones (pensemos, por ejemplo, en las que lleva a cabo la Seguridad Social) consisten, precisamente, en llevar a cabo esa redistribución. La imagen del sector público como “Robin Hood miope” alude a la dificultad que tiene para identificar de dónde tiene que obtener el dinero y a dónde tiene que llevarlo. Llevada al extremo, la miopía de Robin Hood hace que obtenga el dinero de los pobres y lo destine con generosidad a los ricos.