Antes de que en junio de 1960 se estrenara la película, Hitchcock se encargó de mantener el secreto sobre ella y la cinta de la misma era guardada con celo. Los actores, y supongo que más gente del equipo de la película, se vio obligada a firmar un acuerdo de confidencialidad que les prohibía hablar de la película. Llegado el momento de promocionarla, el propio Hitchcock se encargó de casi todo, no dejando que Janet Leigh o Anthony Perkins, los protagonistas, dieran entrevistas.