Curiosa y reveladora historia la de este músico, uno de los más reconocidos en su área. La gente llegó a pagar hasta 100 dólares para ver tocar en directo a Joshua Bell, tres días más tarde el miso intérprete se sitúa en una de las paradas de metro más céntricas en hora punta, y a penas 35 personas de más de 1000 que pasaron se detuvieron UN INSTANTE. Su recaudación no dió ni para pagar una entrada. ¿Estamos en la sociedad del consumo en la que si algo no cuesta dinero no vale?