"Hay que cambiar el lenguaje dado que cuando hablamos de un colectivo, empleamos el género masculino. Seguimos diciendo el claustro de profesores aunque haya quince profesoras y un profesor. Se debe ser cuidadoso con el lenguaje, procurar que al expresarnos la mujer sea socialmente visible en nuestra habla cotidiana, en textos y en documentos públicos, no tiene nada de histeria feminista. Podrá haber propuestas absurdas o exageradas: todo es discutible; pero la idea de favorecer un lenguaje en donde la mujer sea más visible es urgente".