(c&p) .- Cuando Felipe Calderón asumió el poder en México el 1 de diciembre de 2006 se fijó como uno de sus objetivos prioritarios combatir sin cuartel el crimen organizado y, especialmente, el narcotráfico. Apenas quince meses después, el Gobierno azteca ha tenido que reconocer, por primera vez, que se ha producido un grave repunte de la violencia generada por ataques y enfrentamientos de las mafias que ha supuesto un aumento de los asesinatos del 47% en lo que va de año.
