Investigadores de la Universidad de Yale explican por qué la ketamina, un anestésico animal, consigue un efecto contra la depresión más rápido que los demás fármacos. El estudio apunta a una posible relación entre depresión y estrés. "Muchas veces los pacientes vienen a la consulta a los cuatro días de que les hayamos prescrito antidepresivos. Afirman que no les funciona y que, además, notan los efectos secundarios, como sequedad de boca o molestias digestivas. No es raro que dejen el tratamiento".