Antes de matarlo, a Joseba Pagazaurtundua le dijeron que lo iban a matar. Fue el 8 de agosto de 2002. Sobre las ocho y media de la tarde....() Sólo éramos dos contra tantos, pero ni Joseba ni yo nos queríamos ir. Quizá esto no se entienda fuera de aquí, pero la Casa del Pueblo, nuestra sede, aunque pequeña y cutre, es nuestro único espacio de libertad...