La llegada de Simeone al Atlético parece traer consigo una nueva luz de esperanza. Un entrenador que conoce al club desde el mismo vestuario después de vestir la camiseta, que lleva como segundo a otro exjugador y que sabe lo que quiere. Un Atlético agresivo, fuerte, aguerrido, contragolpeador y veloz es lo que pide Diego Pablo para continuar con el sueño que parecía perdido.