El 9 de abril de 1990 fue el día en que estalló el caso Naseiro, el escándalo sobre supuestos cobros de comisiones ilegales para financiar el PP. Tomaba su nombre de Rosendo Naseiro, tesorero del partido. A primeras horas de ese día, era evidente el nerviosismo del que entonces era secretario general del PP, Francisco Álvarez Cascos. Lo primero que hizo fue trasladar junto a Juan José Lucas todos los papeles que había en el despacho de Naseiro hasta vaciarlo (por si se producía un registro).

Rosendo Naseiro, tesorero del PP desde 1987 a 1990, gallego sin estudios que llegó a vender obras por valor de 26 millones de euros al Museo del Prado en 2006, encarcelado durante cinco días del septiembre de 1990 por cohecho en operaciones inmobiliarias con las que financió al PP ilegalmente, y, finalmente, absuelto porque las escuchas policiales que probaban su culpabilidad se habían grabado en el transcurso de una operación contra el narcotráfico.

... Pero allá por los finales de los 80 y comienzos de los 90, con la democracia en plena ebullición, surgieron los primeros ‘figuras’ de la corrupción. Tipos como Luis Roldán, el empresario Javier de la Rosa, el ‘hermanísimo’ Juan Guerra, el juez Luis Pascual Estevill, el banquero Mario Conde o la trama de financiación ilegal del PSOE, conocida como ‘caso Filesa’, llenaron entonces kilómetros de páginas de periódico. ¿Qué fue de ellos? ¿Cuántos cumplieron realmente la pena por sus delitos?

Es realmente prodigiosa la prosperidad económica de cuantos han ocupado el sillón de tesorero del Partido Popular. Entre la herencia recibida, debieran hacer constar los conocimientos y la astucia para la multiplicación de los panes y los peces. Esa es una dinastía y no la de Falcon Crest.

Los actuales partidos (desde luego los mayoritarios) son un problema en sí mismos, empezando por el que más votos acaparó en las últimas contiendas electorales. Solo cabe imaginar su desaparición o su total refundación. Lo cual, por cierto, no vendrá de mano de los actuales líderes y cuadros, sino de la acción consciente del electorado. Esa ciudadanía abrumada e indignada tiene en su mano la palanca de la regeneración y el cambio: un pedacito de papel en un sobre, el voto.

El PP creyó zanjado para siempre el caso Naseiro en 1992. Sin embargo, la policía cree que no fue así. Que todo siguió igual, pero con distintas personas al mando. Las informaciones remitidas por la autoridades judiciales suizas han apuntalado la sospecha de que el caso Bárcenas no es más que una continuación en el tiempo del caso Naseiro con dos nexos omnipresentes desde 1982 hasta 2009, el propio Luis Bárcenas y Ángel Sanchís, tesorero del PP cuando estalló aquel escándalo de supuesta financiación ilegal, una causa archivada por una escuchas.

O sea, que el informe sobre el caso Naseiro, que ahora propone El Mundo a Rajoy sobre el caso Bárcenas, no es, ni mucho menos, lo bonito que pinta el editorial aludido en otro gesto más de Ramírez a favor de Aznar. El informe de Gallardón, que le encargó Aznar, fue en buena parte censurado a raíz de las amenazas de los dos tesoreros. El temor de Cascos, Trillo y, desde luego, Aznar de que cantaran peligrosamente Naseiro y Sanchís ante la Justicia frenó en seco la investigación interna. La APM Lo que sí salvó al PP de la corrupción de numerosos

En las fichas de obtención de datos sobre el cliente, el extesorero incluyó entre las empresas en las que participaba la argentina La Moraleja SA, dedicada al negocio agrario y presidida por Ángel Sanchís.

El Tribunal Supremo anuló ayer la práctica totalidad de las pruebas que sirvieron al juez Luis Manglano para iniciar el llamado caso Naseiro. Manglano vulneró derechos fundamentales por las "graves irregularidades" al ordenar la intervención del teléfono de los hermanos Rafael y Salvador Palop, este último concejal del PP en Valencia. El Supremo ordena destruir las cintas grabadas.

El caso Naseiro reaparece en Alicante veinte años después en forma de caso Brugal. Dos historias que empiezan a tener demasiado parecidos

Mariano Rajoy calla. Aún no sabemos si porque no tiene nada que decir o porque lo que tendría que decir no puede decirlo o porque no sabe qué hacer o porque lo que tiene que hacer no se atreve o no puede hacerlo o, simplemente, porque ha decidido pasar a la clandestinidad hasta que el temporal amaine. ¿O no será más bien porque están todos convencidos de que Federico Trillo encontrará una fórmula para convertir Gürtel en Naseiro II, carpetazo judicial por defecto de forma y aquí no pasado nada?

En el Partido Popular, alias “el presunto”, de tanto presunto imputado e imputada que acampan entre sus filas (qué mal suena en femenino: ¡menuda imputada le han hecho al PP!) tienen tan asumido que la política es un asunto exclusivamente de imagen y comunicación, que sus dirigentes han adoptado la táctica de los famosillos del Tomate, o como se llamen esos programas.

Los camiones de la empresa "Transportes ferrolanos Montero" sufrieron esta madrugada importantes daños, valorados en 40.000 euros, como consecuencia de un incendio, supuestamente provocado, cuando estaban estacionados en las inmediaciones del restaurante Naseiro, en el municipio lucense de Vilalba, y con sus conductores durmiendo en el interior."lo que hay es mucha hambre y unos se sacan trabajo a los otros, por lo que no sé adónde irá a parar todo esto"

Me ha resultado sorprendente comprobar como en meneame no se "meneó" hasta hoy esta noticia. En realidad, carece de importancia su fecha (año 2005, sobre unos hechos de la década de los 90)porque es un documento histórico de la democracia española que, desgraciadamente, sigue habiendo mucha gente que desconoce. Eduardo Zaplana en una conversación telefónica mantenida con Salvador Palop en el contexto de una investigación policial por caso de narcotráfico (Caso Naseiro), admite todo tipo de actos de corrupción:"me das la mitad bajo mano"