La nueva industria tiene su principal foco en China donde se encuentran el 80% de estos profesionales. La cifra total supera los 400.000 que se dedican a jugar a videojuegos para otras personas por una media de 100 euros al mes. Su tarea es sencilla: conseguir oro con su propio personaje para luego venderlo a través de Internet o controlar al personaje de otro para potenciar todas sus habilidades. los clientes consiguen sin esfuerzo y a cambio de dinero real tener personajes más fuertes, rápidos, armas, indumentarias, magias...