Los milagros existen. Al menos en el deporte. Si no, es imposible explicar el triunfo de España sobre Francia en los cuartos del Mundial femenino de baloncesto. Las chicas de José Ignacio Hernández jugaron mal, casi desquiciadas, pero tuvieron el corazón de un león y, comandadas por una inconmensurable Amaya Valdemoro, autora de 28 puntos, remontaron un partido perdido para alcanzar por primera vez las semifinales del torneo, donde espera la gran favorita, Estados Unidos.