Por un capricho de la naturaleza, de incierto valor evolutivo, los gallos carecen de pene, pero los patos no. Ahora, un estudio publicado en Current Biology, lo explica. Los investigadores de la Universidad de Florida en Gainesville hicieron un trabajo comparando el desarrollo de pollos de gallo y de pato dentro del huevo. En las primeras etapas, tanto el pollito como el patito iban desarrollando un pene. Pero, a partir de un momento, el del futuro gallo iba desapareciendo: un proceso de suicidio celular (proteínas bmp) lo iba destruyendo.