No es una felicitación navideña, pero sí el mensaje «más original e inesperado» el que ha recibido un vecino del municipio pontevedrés de Nigrán durante estas fiestas. La misiva tardó 3 años en llegar, pero, por una vez, el retraso está más que justificado. El protagonista de la historia es Laureano Gómez, cuyo nombre no figuraba en la misiva, pero que se convirtió en su destinatario en el mismo momento en el que, paseando por las islas Estelas, se topó con una botella de plástico que tenía algo en su interior.