El recién nombrado octavo secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, acaba de liarla con unas declaraciones, cuanto menos sorprendentes, al ser preguntado por el asesinato del dictador Sadam, dice que “La pena de muerte depende de cada país”. Cuestiono su declaración por dos principales razones: 1. La ONU está claramente posicionada en contra de la pena de muerte, trabajando para su abolición definitiva en todo el mundo. 2. La guerra de Irak fue rechazada por la ONU, convirtiéndose en un conflicto bélico sin apoyo de la comunidad interna