Quien fume, a partir de este invierno, tendrá que cerrar los ojos si no quiere ver qué consecuencias puede derivarle el cigarrillo que se fuma. Encías podridas y bocas sin dientes, cáncer de garganta, pulmones destrozados o infartos cerebrales son algunas de las imágenes que, según las previsiones de Sanidad, vestirán las cajetillas de tabaco en España este mismo año. El objetivo es provocar un impacto emocional tan brutal que automáticamente se reduciría el número de fumadores y evitaría que nuevos consumidores cojan el hábito.