Reportaje: Mide 1,65 metros, es calvo y tiene 60 años. Con su aire de ratón de biblioteca, mutiló hasta 19 páginas de diez libros antiguos desde que se presentó en la Biblioteca Nacional en 2004 hasta el verano de 2007. Con su aire de pacífico jubilado, Gómez Rivero ha resultado ser un “estafador a la antigua”, según fuentes cercanas al caso. Para lograr el carné de investigador de la Biblioteca Nacional –que obtuvo en febrero de 2004–, imprescindible para consultar libros antiguos, presentó dos certificados que le acreditaban como tal.