A mediados del mes de julio de 1603 presentó Pedro de Zubiaurre un proyecto a la ciudad de Valladolid. Según su propuesta, lo ideal para solucionar el problema del agua era construir un gran ingenio basado en una tecnología muy novedosa, capaz de elevar agua desde el Pisuerga en las cantidades que la creciente ciudad iba necesitando, aunque claro está, la máquina estaba pensada más que nada para alimentar a los jardines del Duque de Lerma, aunque en un primer momento y tras acuerdo con el ayuntamiento, parecía que toda la ciudad se beneficiaría